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Críticas: Especial “La sociedad de la nieve”: crítica + entrevista al director J.A. Bayona + podcast sobre la película

-La nueva película del director de El orfanato (2007), Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016) y Jurassic World: El reino caído (2018) reconstruye la tragedia / milagro / épica de supervivencia de los Andes, que se desató el viernes 13 de octubre de 1972, cuando el Fairchild FH-227D de la Fuerza Aérea Uruguaya que hacía un vuelo charter entre Montevideo y Santiago (Chile) con 40 pasajeros (la mayoría jóvenes jugadores del club de rugby Old Christians) y 5 tripulantes cayó en medio de la cordillera, en la zona mendocina de Malargüe, a 3.570 metros de altura.
-Se trata de una imponente superproducción de 70 millones de dólares de presupuesto que Netflix ha elegido como una de sus principales apuestas para los Oscar, en una búsqueda similar a la que hizo en la última edición con la alemana Sin novedad en el frente. Por el momento, está nominada al Globo de Oro, a 13 premios Goya y ganó la distinción del público en el Festival de San Sebastián.
-El film llega este jueves 14 de diciembre a 26 salas argentinas y desde el 4 de enero de 2024 estará disponible en el servicio de streaming.

La sociedad de la nieve (España-Estados Unidos-Uruguay-Chile/2023). Dirección: Juan Antonio Bayona. Elenco: Enzo Vogrincic, Simon Hempe, Rafael Federman, Matías Recalt, Andy Pruss, Agustín Pardella, Esteban Bigliardi, Louta y Tomás Wolf. Guion: J.A. Bayona Nicolás Casariego, Jaime Marques y Bernat Vilaplana, basado en el libro de Pablo Vierci. Música: Michael Giacchino. Fotografía: Pedro Luque. Edición: Andrés Gil y Jaume Martí. Distribuidora en cines: MACO. En streaming: Netflix. Duración: 144 minutos. Apta para mayores de 16 años. Salas: 26 (Atlas Alcorta, Atlas Caballito, Atlas Patio Bullrich, Multiplex Belgrano, Cinema Devoto, Lorca, Cine Arte Cacodelphia, Atlas Nordelta, Multiplex Pilar, Cinema Adrogué, CPM Adrogué, Cinema Paradiso de La Plata, Paseo Aldrey de Mar del Plata, Cines del Paseo de Mar del Plata, Cinemacenter Bahía Blanca y Visual Bahía Blanca, Cines del Centro de Rosario, América de Santa Fe, Gran Rex de Córdoba, Dino Alto Verde de Córdoba, Cinemacenter Mendoza, Cinemacenter San Juan, CPM Espacio San Juan, Play Cinema de San Juan, Cinemacenter Tucumán y Solar del Cerro de Tucumán).

CRÍTICA DE LA PELÍCULA

Por Manu Yáñez

En los primeros compases de La sociedad de la nieve, la voz en off de uno de los personajes apunta que “hay que regresar al pasado sabiendo que el pasado es lo que más cambia”. La frase puede leerse como una alusión al carácter difuso y volátil de la memoria, una fragilidad que Juan Antonio Bayona convierte en la principal arma de su audaz viaje al corazón de la tragedia (o milagro) que aconteció en los Andes chilenos en 1972, cuando, tras un accidente de avión, un grupo de jóvenes sobrevivió durante 72 días en las condiciones más extremas imaginables.

Para los cinéfilos, la peripecia de los miembros de aquel equipo uruguayo de rugby está íntimamente ligada a la película ¡Viven! / Alive, que dirigió Frank Marshall en 1993, con un joven Ethan Hawke, pero Bayona toma como fuente de inspiración la novela que da título a su película, escrita por Pablo Vierci, y se desmarca de la versión de Hollywood al renunciar a una escritura arquetípica en favor de un despliegue fílmico eminentemente sensorial.

¡Viven! se esforzaba por clarificar, desde el primer momento, los roles que ocupaban cada uno de los personajes entre la troupe de supervivientes: el líder, el médico, el rebelde, el responsable, el loco… Pero a Bayona le interesa mucho más el grupo que las individualidades. De hecho, en sus mejores momentos, La sociedad de la nieve opera como un lienzo al borde de la abstracción, poblado por primerísimos planos que capturan de forma elocuente la desesperación y el deseo de supervivencia. Si hablásemos de pintura, podríamos pensar en El grito, de Edvard Munch. Y es que Bayona, con un arrojo inédito en su obra previa, se lanza a explorar las posibilidades de un cine de los cuerpos, allí donde lo narrativo se desdibuja para alcanzar un saber que reside en lo físico. Hay algo de pureza fílmica en esta apuesta pulsional, capaz de elevar a la condición de imagen capital un plano detalle de la última expiración de un hombre.

La sociedad de la nieve tiene tan clara su adhesión al cine de la fisicidad que, incluso cuando merodea por el territorio de lo discursivo, no abandona el buen rumbo. Cuando un joven que ha quedado malherido toma la palabra para exponer su concepción de lo heroico y lo divino, lo que termina haciendo es pasar lista a las partes del cuerpo que utilizan sus compañeros para ayudarle: las manos piadosas de uno, el rostro luminoso de otro…

Cabe decir que los hechos que retrata La sociedad de la nieve conducen inevitablemente a lo trascendental, un territorio que Bayona recorre y sortea con igual convicción. En otro discurso memorable, uno de los protagonistas encadena unas frases que apuntan, primero, al sinsentido de una existencia lastrada por la vulnerabilidad física, y luego a la posibilidad de un sentido afectivo, una humanidad trascendente.

ENTREVISTA A J.A. BAYONA

Por Diego Batlle

La charla con el director se realiza por videoconferencia (el entrevistado en Buenos Aires y el entrevistador, en Mar del Plata), pero es el propio cineasta quien se encarga de “romper el hielo” apenas ubica el apellido de este periodista: “¿Sabes que Batlle en catalán significa “alcalde”?, pregunta (explica) y el diálogo seguirá por conocidos en común en Barcelona y esas curiosidades que son producto de las casualidades.

Pero no hay tiempo que perder porque los empleados de Netflix tienen el cronómetro a mano y serán impiadosos cuando el plazo prefijado se venza. Si uno quiere tener un one on one con Bayona deberá ajustarse a la estricta y meticulosa maquinaria de marketing y prensa del holding.

-¿Cómo lograste que Netflix financiara una producción de 70 millones de dólares con 140 días de rodaje, con actores desconocidos, hablada en castellano y manteniendo una libertad creativa casi absoluta?

-Lo bueno del proyecto es que lo produjimos nosotros mismos, con mis colaboradoras habituales Belén Atienza y Sandra Hermida, así que decidimos la extensión y características del rodaje. La oferta de Netflix era imposible de rechazar, ya que nos daban libertad total para rodar con actores uruguyos desconocidos. Jamás impusieron nada y yo tenía asegurado el corte final. Es un perro verde, como decimos nosotros, es inaudito que una película de estas ambiciones se haya concretado en esas condiciones ideales, así que estoy muy agradecido con Netflix.

-¿Cuál ha sido realmente la participación argentina en el proyecto? Sé que el trabajo de casting durante la pandemia estuvo a cargo de María Laura Berch, Javier Braier e Iair Said y la segunda unidad tuvo como uno de sus responsables a Alejandro Fadel (Muere Monstruo Muere)…

-El proceso de casting fue fundamental porque necesitábamos actores que hablaran con acento uruguayo. También buscábamos a quien pudiera encarnar al personaje de Numa Turcatti, que es el narrador principal de la película, y terminamos eligiendo a Enzo Vogrincic. Pero como la industria uruguaya es pequeña, Berch, Braier y Said ampliaron la búsqueda a la Argentina, y trabajaron seis meses durante la pandemia. Luego los propios chicos se hacían videos y nos los mandaban o yo los contactaba vía Zoom. La fase final sí se hizo en Montevideo y, como todavía estaba pegando muy fuerte la pandemia, obligaban a los actores argentinos a hacer cuarentena antes y después de las pruebas. Y eso paradójicamente fue bueno porque cuando tienes a más de 20 chicos de esa edad encerrados en un hotel durante dos semanas ya se establece un vínculo muy fuerte. Luego estuvimos siete semanas ensayando con la colaboración de María Laura Berch y otro acting coach que se llama Gustavo Saffores. Durante ese proceso también fuimos reescribiendo la película. Y el rodaje después fue muy largo, 140 días, pero eso también ayudó a reflejar el cansancio y el paso del tiempo con la cámara.

-¿Cómo fue el trabajo para reproducir en el set las condiciones extremas en que se desarrollaron los hechos reales porque si hay algo que la película logra transmitir en toda su dimensión es el esfuerzo físico y mental?

-Sí, yo tenía que ganarme la confianza de ellos ya desde los ensayos y acompañarlos en la experiencia, contenerlos, no abandonarlos. Es como un viaje conjunto. Tratamos de reproducir las condiciones originales, por lo que estuvieron mucho tiempo solos y lejos de casa, pasaron hambre porque tuvieron que hacer una dieta estricta (algunos de ellos perdieron más de 20 kilos) y en momentos muy concretos también sufrieron frío, pero siempre con mucho cuidado por parte de la producción. Yo pasaba y les pedía permiso para pasarles unos cubitos de hielo por el cuello para recordarles la sensación del frío, pero con el paso del tiempo ese tipo de anécdotas menores tienen a magnificarse y a esta altura ya parecen dignas del cine de Herzog (se ríe).

-Como buena parte del rodaje se realizó en España quería preguntarte si se filmó también en la zona donde transcurrieron los hechos reales…

-La mayor parte del rodaje fue en Sierra Nevada, que es en el sur de España, entre Granada y Almería, y el plató se montó dentro de una nave industrial movible que construimos en la estación de esquí, por lo que se mantenían las condiciones de la nieve y el frío. La primera fase del rodaje había sido en los Andes y luego volvimos allí dos veces más. Alejandro Fadel nos acompañó en aquel viaje inicial a Mendoza y cuando nos trasladamos a España volvimos a convocarlo porque necesitábamos más de una unidad filmando al mismo tiempo.

-Por último, está clara la apuesta de Netflix para que La sociedad de la nieve tenga este año un camino similar al que logró la alemana Sin novedad en el frente en la edición pasada de los Oscar ¿Cómo vivís esta experiencia y cuáles son tus expectativas en ese sentido?

-Yo creo que lo que sí queda claro es que el trabajo de todos los jefes de departamento es extraordinario, a la altura de los mejores del mundo, y lo mismo ocurrió con los actores. Estoy orgullosísimo de lo que han hecho y el premio real es que una película así, rodada de esa manera, con ese nivel de ambición, exista. Si encima representamos a España en los Oscar y llegamos a competir en distintas categorías, mucho mejor aún, será un regalo extra. Pero ahora mismo estamos felices por el resultado artístico y la recepción de la película.

MÁS INFORMACIÓN

Crónica de la masterclass que Bayona dio en el Festival de Mar del Plata 2023

PODCAST SOBRE LA PELÍCULA

Por Diego Batlle y Diego Lerer (Duración: 20 minutos)



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