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Críticas: Crítica de “The Marvels”, película de Nia DaCosta con Brie Larson

La nueva producción de Marvel parece un engranaje más al servicio de una gigantesca maquinaria (el MCU) que parece no detenerse jamás.

The Marvels (Estados Unidos/2023). Dirección: Nia DaCosta. Guion: Nia DaCosta, Megan McDonnell y Elissa Karasik. Elenco: Brie Larson, Iman Vellani, Park Seo-joon, Teyonah Parris, Zawe Ashton, Lashana Lynch, Jude Law, Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Randall Park, Mohan Kapoor y Cobie Smulders. Música: Laura Karpman. Fotografía: Sean Bobbitt. Distribuidora: Disney. Duración: 105 minutos. Apta para mayores de 13 años.

Durante los minutos previos al inicio de la proyección de prensa de The Marvels, entre algunos colegas se repetían dos ideas, una mala y otra buena: la primera, que esta nueva entrega del cada vez más grande y descontrolado Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, según sus siglas en inglés) sería otro paso rumbo al abismo que viene recorriendo a partir de The Avengers: Endgame; la buena, que sería una penuria relativamente breve, pues la película dura “apenas” 105 minutos, créditos y sus respectivas escenas incluidos, muy por debajo del promedio de dos horas y media (o más) de este tipo de producciones.

La duración puede pensarse como el síntoma más evidente de que la película fue concebida a la manera de un capítulo extendido de alguna de las series de Marvel. Uno destinado a “conectar” algunos cabos sueltos de cara a la continuidad de un universo que, a la luz de la escena post créditos, ingresará en una etapa mucho más grande, con entrecruzamientos entre personajes de distintos cómics y el consecuente abanico de posibilidades narrativas casi infinitivas que eso conlleva.

Pero The Marvels no es el desbarranque definitivo que muchos esperaban luego de la espantosa Ant-Man and the Wasp: Quantumania. Sí, no es buena y está muy lejos de los mejores títulos de la casa de Iron Man, Thor y Black Widow, aquellos que apostaban más por la frescura y el desparpajo antes que, como ocurre en este caso, enredarse en una telaraña caótica donde conviven términos y conceptos como “banda cuántica”, “punto de salto”, “viajes en el espacio-tiempo”, “vórtices” y muchos más. Pero tampoco es el desastre que muchos pronosticaban.

La película comienza poco después de los hechos de Capitana Marvel, personaje que ahora debe pagar las consecuencias de haber vencido a la Inteligencia Suprema. Y no son pavadas, porque lo que hizo fue ni más ni menos que desestabilizar el universo. A partir de allí, sus poderes se enredan con el de una de sus seguidoras (Ms. Marvel) y una sobrina de la que estaba distanciada. Bajo las órdenes de Nick Fury (un Samuel L. Jackson forzando su slang hasta lo caricaturesco), el terceto deberá luchar para vencer a villana de turno, la misma que ha tomado el control del planeta luego del fin de la IA.

Con pasos propios de las buddy movies y la pátina feminista tan acorde con estos tiempos, The Marvels tiene un despliegue visual menos avasallante, más funcional a las necesidades de una historia que rehúye del tono grave para moverse en un terreno que sobrevuela la comedia, el drama y la acción con superficialidad. El resultado es, a excepción de una muy divertida escena sonorizada con Memory, el tema emblemático del musical Cats, una película anodina, apenas el puntapié para algo que se presume mucho más grande. Que nos sea leve.


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