Review Film

Críticas: Crítica de “Los Bilbao”, película de Pedro Speroni

El director de Rancho (2021) construye una suerte de secuela con el registro de las experiencias de un hombre que sale de la cárcel e intenta rehacer su vida. Luego de haber participado en la Competencia Internacional del festival suizo Visions du Réel y de la Competencia Argentina del BAFICI 2023, se exhibe en diferentes fechas en el MALBA y la Sala Lugones (donde también se proyecta la apuntada Rancho el jueves 15 y viernes 16 de febrero, a las 15; y el miércoles 21, a las 18).

Los Bilbao (Argentina, 2023). Dirección y fotografía: Pedro Speroni. Guion: Pedro Speroni y Miguel Colombo. Con las participaciones de Iván Bilbao, Yamila Torrado y Luz Torrado. Edición: Miguel Colombo. Sonido: Jorge Gutiérrez Jiménez. Producción: Ignacio Sarchi, Pedro Speroni, Tomás Raimondo y Rocío Pichirili (188 srl, El Ojo Silva). Duración: 73 minutos. En el MALBA (Av. Figueroa Alcorta 3415), los viernes de febrero, a las 20. En la Sala Lugones (Av. Corrientes 1530), el jueves 15 y viernes 16 de febrero, a las 21; el sábado 17, a las 18; el martes 20 y miércoles 21, a las 21; y el jueves 22 y viernes 23, a las 18.

“Permitan presentarme: soy Iván Bilbao, el rey del pueblo, el más poronga de Chascomús. Nadie se mete conmigo. Reventé a todos los tranzas, bajé un Grupo Halcón, hice desastres, pero hoy en día estoy tranquilo”, dice el protagonista de Los Bilbao ante una situación policial ocurrida un año después de haber salido en libertad de un penal de máxima seguridad. Una declaración que, lejos de sonar amenazante, esconde la fragilidad, el dolor y el esfuerzo de un hombre que intenta salir adelante.

La película de Pedro Speroni es una secuela no oficial de su ópera prima, la muy buena Rancho (aunque no es necesario haberla visto, en tanto Los Bilbao es un film autónomo). Allí internaba su cámara durante un buen periodo de tiempo en una cárcel de máxima seguridad para registrar el día a día de los presos. Entre ellos estaba Bilbao, el mismo que en una última escena obtenía la libertad, no sin antes despedirse con afecto de sus compañeros. Misma escena que aquí sirve como apertura.

Si Rancho era una película sobre la espera y la esperanza, Los Bilbao -que luego de esa introducción avanza un año- es sobre lo que ocurre cuando puede materializarse aquello que se pensaba e imaginaba durante el encierro. El encuentro con la familia, por ejemplo, que en el caso de Iván está integrada por sus padres, su novia y la hija de ambos. O la planificación de un futuro que tiene la llegada de un segundo hijo en el horizonte cercano. O los intentos por ganarse la vida honradamente. En ese sentido, la película de Speroni es una excepción a ese sector mayoritario del cine argentino en el que el dinero nunca es un problema, al punto que pocas veces se lo menciona.

Speroni es cultor de un cine de altísima carga social que dialoga con una zona poco iluminada de un presente demasiado entretenido con la rosca política y las discusiones circulares. Pero no necesita andar gritando sus opiniones ni juzgar a su criatura, un intento de rebajar al llano el poder que implica empuñar una cámara. Aquí se limita a acompañar, a registrar de manera no intrusiva el proceso de reconstrucción interno y externo de Iván mientras intenta dejar atrás el pasado, ese fantasma nunca del todo dispuesto a irse.


Las suscripciones son la mejor manera para que las lectoras y los lectores apoyen directamente a los emprendimientos periodísticos independientes y ayuden a sostener un producto de calidad que mantiene el acceso a todos sus contenidos de forma gratuita. Además, se accede a una amplia oferta de beneficios y contenidos exclusivos.


You may also like...